sábado, 24 de septiembre de 2011

''Queda prohibido''

QUEDA PROHIBIDO


“Queda prohibido llorar sin aprender,
Levantarte un día sin saber qué hacer,
Tener miedo a tus recuerdos…
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
No luchar por lo que quieres,
Abandonarlo todo por miedo
No convertir en realidad tus sueños…
Queda prohibido no intentar comprender a las personas
Pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
No saber que cada uno tiene su camino y su dicha…
Queda prohibido no crear tu historia,
No tener un momento para la gente que te necesita
No comprender que lo que la vida te da,
También te lo quita…
Queda prohibido no buscar tu felicidad
No vivir tu vida con una actitud positiva,
No pensar en que podemos ser mejores,
No sentir que sin ti, este mundo no sería igual…

Alfredo Cuervo

viernes, 26 de agosto de 2011

Interesante artículo de JUAN CRUZ sobre la actualidad del HUMOR en España

Acontecimientos recientes de todo tipo hubieran requerido del humor nacional para ser entendidos. Entender es una manera de sobrellevar. Por eso se necesita ahora, más que nunca quizá, que vuelvan a la pantalla, con urgencia, los humoristas de guardia, desde Wyoming a Muchachada Nui, desde Corbacho a Mota, que resucite Martes y Trece, que vuelvan Tip y Coll si fuera esto posible, etcétera.


Utopías aparte, es cierto que el humor, que en la televisión arranca de Tip y Coll y desemboca, por ejemplo, en Andreu Buenafuente, que reinventó el humor inteligente que reclamaba el inolvidable Rafael Azcona, ayuda a sobrellevar y a entender. Y ahora, al menos en lo que va de agosto, que ha sido un temporal, se han echado de menos las reflexiones y los sarcasmos de los humoristas de la televisión. Lástima. Hemos tenido reediciones de lo que hicieron algunos de ellos (Wyoming, Buenafuente, Corbacho...), pero no los hemos tenido poniendo el bisturí de sus buenas intenciones aviesas en ese pellejo grueso que hemos padecido desde un lado al otro de los noticieros.

En tiempos de crisis, y este es el momento más grave de la crisis, el humor alivia, porque entretiene y porque se adentra en lo que es imposible que digan con precisión los filósofos, los sociólogos o los editorialistas. Y es que hay cosas que solo explica el humor. Por eso la gente mira los chistes de los diarios: para ver qué no se ha sabido decir de otra forma.

Ahora anuncia Televisión Española, que ha sido una buena cuna de humoristas de la pantalla, que vuelve Gomaespuma. Bendito sea Dios, digamos ahora que tan bienvenidas parecen estas jaculatorias. Es una buena noticia, pues ese dúo, que ha creado (para la radio, para la tele) una fórmula muy inteligente de interpretación de la realidad, sabe combinar como algunos de los que ya han sido citados lo que ocurre con sus ocurrencias, de modo que la risa que procuran deja siempre un poso que conviene a las audiencias que huyen de la astracanada. No vamos a tener a Buenafuente, y esta es una gran lástima. Que a la pantalla vengan Fesser y Cano es un consuelo que de todos modos no nos alivia de esa otra carencia.

Juan Cruz Ruiz

viernes, 12 de agosto de 2011

¿De qué te enamoras cuando te enamoras?

(texto surgido de una charla con mi enamoradiza sobrina:)

nos enamoramos de lo que quermos ser y no somos
nos enamoramos de lo queremos ser y somos pero lo olvidamos o lo tenemos un poco enterrado en el armario
nos enamoramos de lo que fuimos y perdimos
nos enamoramos de lo que seremos y todavía no estamos preparados para ser

miércoles, 25 de mayo de 2011

CHISTE MALO PARA APRENDER ESPAÑOL (LORO DESPABILADO 'TOO AWAKEN PARROT')

LORO DESPABILADO

Un tal Ricardo recibió un loro por su cumpleaños, ya era un loro adulto, con una muy mala actitud y vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota, así como siempre, de muy mal genio. Ricardo trató, desde el primer día, de corregir la actitud del loro, diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño. Llegó un día en que Ricardo perdió la paciencia y gritó al loro, el cual se puso más grosero aún, hasta que en un momento de desesperación, Ricardo puso al loro en el congelador. Por un par de minutos aún pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el compartimiento, hasta que de pronto, todo fue silencio. Después de un rato, Ricardo arrepentido y temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta del congelador, el loro salió despacio y con mucha calma dio un paso hacia el hombro de Ricardo y al oído le dijo en voz baja: "siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido que me disculpes y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento." Ricardo estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó: ¿te puedo preguntar una cosa? sí... ¡cómo no!-, le contestó Ricardo. ¿qué fue lo que hizo el pollo que esta en el congelador?

jueves, 5 de mayo de 2011

Profesores y maestros, texto dedicado para vosotros (desde un 'email de cadena')

Esos locos que enseñan. Yo los conozco. Los he visto muchas veces. Son raros. Algunos salen temprano por la mañana y están en el cole una hora antes, otros recorren todos los días más de 100Km de ida y otros tantos de vuelta. Están locos.


En verano les dan vacaciones, pero no desconectan del todo, piensan en sus clases, preparan tareas para el curso siguiente. En invierno hablan mucho, siempre llevan caramelos de miel y limón en los bolsillos, otros con una botella de agua a su lado. Su garganta siempre está dolorida, pero siguen enseñando, a veces fuerzan su voz, pero siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión.


Yo los he visto, no están bien de la cabeza. Salen de excursión con sus alumnos y se encargan de gestionar autorizaciones, recogida de dinero y responsabilidad extra.


Qué será de ellos y ellas. Por la noche sueñan con el colegio, se les aparecen planetas, ecosistemas y personajes históricos. He escuchado que llegan cargados con cuadernillos y exámenes, que han corregido la tarde anterior en su casa.


Son mujeres y hombres, casados, solteros,...de diferentes edades, pero a todos les apasiona su trabajo, ver crecer a sus alumnos, ayudarlos y conseguir de ellos ciudadanos competentes.


Los he visto muchas veces. Están mal de la cabeza. Algunos dicen de ellos que viven muy bien, pero les han recortado el sueldo y siguen trabajando incluso más que antes, algunos no miran ni su nómina porque su pasión por la enseñanza los hace ciegos a pensar en el cobro. Disfrutan con lo que hacen, aunque haya padres que los discutan y les quiten autoridad, ellos siguen hacía adelante.


Están mal; por las tardes quedan para hacer cursos de formación y no les importa perder tiempo de su ocio para reciclarse.


Dicen que son autocríticos y que hacen balance de sus experiencias educativas, que se frustran cuando no salen las cosas como esperaban,
que se alegran cuando sus alumnos avanzan.


Están mal de la cabeza, yo los he visto. Dicen de algunos que fueron muy importantes, que siempre tienen palabras de aliento; dicen sólo que son MAESTROS y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO.

martes, 29 de marzo de 2011

Mucha INTELIGENCIA EMOCIONAL en un poema del gran MARIO BENEDETTI

LA GENTE QUE ME GUSTA

Primero que todo

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.